Hoy, día 9 de mayo, los estados miembros de la Unión Europea estamos de celebración, ya que conmemoramos el evento que ocurrió en esta fecha en el año 1.950, la “Declaración Schuman”, por la cual el ministro francés de asuntos exteriores Robert Schuman cimentó la primera piedra de lo que desencadenó en lo que hoy en día se conoce como Unión Europea. La declaración proponía que el carbón y el acero de Alemania y Francia fuesen administrados de manera conjunta, siendo esta la primera propuesta concreta para que una Europa unida pudiera contribuir a la paz mundial.
Desde aquella declaración hasta la actualidad la llamada Unión ha evolucionado y crecido, dando pasos hacia la integración y cooperación entre países y ciudadanos, forjando relaciones basadas en la concordia y la definición de metas conjuntas, sobre las que elaborar políticas comunes para lograr mantener la calidad de vida de los habitantes del viejo continente, la solidez de su sistema económico y la competitividad de su tejido productivo.
Por supuesto no todo han sido facilidades, máxime desde la crisis económica vivida en 2008, cuando empezó a aflorar un sentimiento euroescéptico motivado por la falta de respuesta efectiva de la Unión Europea ante la recesión económica, acentuada por la crisis migratoria que tensionó el sistema europeo de asilo y el espacio Schengen. Este sentimiento ha tenido su clímax con la salida del Reino Unido de la Unión Europea en enero de 2020 como resultado del Brexit.
Sin embargo, de las grandes crisis surgen las grandes oportunidades, el referéndum para la salida del Reino Unido en 2017, provocó el inicio del llamado proyecto de refundación de la Unión Europea liderado principalmente por la Comisión Europea y nuevamente el eje franco-alemán, aunque sin dar pasos concretos en esos primeros años, cuestión que cambia drásticamente con la irrupción de la crisis sanitaria del Coronavirus que ha ejercido de catalizador de esta refundación y ha provocado una serie de anuncios sin precedentes para lograr una estabilidad económica y financiera, a la vez que se persigue el liderazgo en sectores clave para mantener nuestra competitividad y lograr una autonomía estratégica con respecto a economías como la estadounidense o la china.
Nace así el plan de recuperación para Europa, vertebrado por el marco financiero plurianual 2021-2027 y los fondos Next Generation EU, formando el mayor paquete de estímulo jamás financiado para crear una Europa más digital, más verde y más resiliente. Una inversión acordada de 1,8 Billones de Euros entre todos para salir más fuertes de la pandemia, transformando nuestra economía y creando nuevas oportunidades que posibiliten la Europa que queremos ser.
Es pues día de celebrar, de sacar a relucir lo bueno que supone pertenecer a esta casa común de la Unión Europea, de sentirnos orgullosos de lo que hemos construido tendiendo puentes, dejando atrás rivalidades históricas entre países con mucha historia a sus espaldas, con el objetivo primordial de mantener la concordia y la paz entre los pueblos. Y es momento de mantener la esperanza y coger el testigo para dar continuidad a lo elaborado, aprovechando nuestras fortalezas y recorriendo el camino hasta devolver a Europa su brillo de antaño, usemos la experiencia y el talento para conseguir que nuestro continente lidere la transformación global hacia un futuro más sostenible con menos desigualdades y más oportunidades.
¡Celebremos ser europeos!
