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Wellness Telecom lleva la innovación a la recogida de residuos

La firma sevillana Wellness Telecom —dedicada a las telecomunicaciones y nuevas tecnologías— se ha propuesto que la innovación llegue también a un servicio tan tradicional como el de la recogida de residuos urbanos. Y lleva en el empeño más de un año, justo cuando la Comunidad Europea respaldó el proyecto «Life Ewas» para la recogida inteligente de residuos, liderado por esta compañía pero de ámbito internacional, dado que incluye la puesta en marcha de dos proyectos pilotos radicados en Sevilla y en Chania (Grecia) y que cuentan con la participación de dos operadores de recogidas de residuos que, en el caso de Andalucía, es la empresa municipal Lipasam.

En estos momentos el proyecto se encuentra en su fase más tecnológica, la de la mejora de los sensores que se insertarán en los contenedores y que ofrecerán información sobre su estado (sin están llenos, tienen desperfectos…), según detalla la directora de Innovación del grupo, Teresa Álamos. Ella misma confirma que para finales de verano se prevé «el despliegue de los proyectos pilotos»con una primera fase de prueba de recogida de los datos captados por los sensores para, un poco más adelante, entrar en la fase de participación ciudadana, esto es, que mediante una aplicación móvil el usuario pueda dar cuenta de las incidencias que detecta en el servicio y así poder mejorarlo. Este sistema funciona ya en Extremadura y en algunos estados mexicanos. Álamos avanza que también se pondrá en marcha una campaña de información ciudadana.

Sensores

Los contenedores que llevarán estos sensores serán los soterrados y los de papel, puntualiza. Se trata, en cualquier caso, de sendas soluciones diseñadas por la propia Wellness Telecom que prevé que una vez terminado el proyecto, los costes de recogida de desechos se reduzcan entre un 15% y un 30% y los de emisiones de gases de efecto invernadero lo hagan en un 10%. Y es que la recogida y eliminación de basuras se han convertido en un problema para los respectivos ayuntamientos, dado su progresivo aumento. Si en 1995 cada europeo generaba 474 kilos de desperdicios al año, en 2010 la cifra aumentó hasta los 542 kilos y las previsiones, lejos de ser halagüeñas, apuntan a que en 2020 se llegarán a los 680 kilos por persona y año.

A pesar de los esfuerzos por gestionarlos, el vertido y la incineración siguen siendo el principal destino, lo que conlleva la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación del agua.

**Este artículo fue publicado en la edición de Sevilla del diario ABC.